viernes, 3 de julio de 2015

Pancho Villa. Viva Villa, Viva Méjico!!!!.



 


  "VINIERON COMO AGUILAS REALES Y SE RETIRAN COMO GALLINAS MOJADAS."

          E.E.U.U. es un país que extraordinariamente ha subestimado mucho a su enemigo. Generalmente y en España hay un dicho el cual designa a una más que variopinta selección de personal de torpe guisa adobada con esta frase: "Parece el ejército de Pancho Villa". Pero sabed que fuera lo que fuese Villa logró vencer a EEUU en una guerra y en no poco conquistar parte de su terruño. Torpe aliño indumentario de un ejército que logró eso y mucho más. A través de unas pocas líneas nos vamos a adentrar en la historia del último revolucionario romántico de América. Su nombre Doroteo Arango.

         
     Méjico, país que hacía ya más de 100 años se había liberado de la presión borbónica pasó a la independencia con más pena que gloria. Y es que en Méjico nacer campesino, era muy mal negocio y designio de no pocas mudanzas. Así las cosas siempre para trabajar al capricho del señorito y es que no eran tiempos de esclavitud pero.... casi, casi. Creedme si os digo que la situación del campesino al uso era la misma si no igual que la de cualquier siervo de la misma ralea en la Rusia Zarista. No digo más. En otro orden de asuntos Méjico ya había entablado una guerra de más de dos años con su enemigo natural EEUU entre los años 1846-1848 terminado si no en tablas sí en una compensación económica de 15.000.000 de $ por parte del país invasor haciéndose con el control de la República de Texas, Alta California y Nuevo México. EEUU era un país pues que se abría paso a codazos fueran las que fueren sus pretensiones. El dinero, nunca fue problema. Pero Méjico invadiría EEUU, vaya si lo invadiría....

         
    Corría el año 1878 y más en concreto un 5 de Junio cuando vendría al mundo el hijo de un campesino llamado Agustín Arango. Agustín bautizaría a su pequeño mejicanito con el nombre de Doroteo y se incorporaría al fin y a la postre a la estirpe de campesinos de su malograda casta. Nacido en  Durango, Rancho del Río Grande Doroteo siempre sería un pobre analfabeto y su ordenación en esta vida sería la de sus padres. Trabajar para el hacendado y poco más. Su suerte hubiese sido esta de no ser un mal día percatose que a su hermana la había violado un señorito llamado Agustín Gómez Negrete decide acabar con él y lo asesina. Señalar que para la época estas carencias eran lo más normal. Era muy típico que un hacendado fiel de holganzas diera rienda suelta a sus deseos más rijosos recayendo la mala fortuna sobre las hijas de los campesinos siendo ellos cómplices de tales mutilamientos sin posibilidad alguna de venganza ni justicia. Al fin y a la postre eran los restos que quedaban de la esquilmación española en las Indias. Si bien, las primeras universidades fueron las nuestras.

            Doroteo Arango huye en desbandada y pide asilo a la sierra. Allí escaparía pasase lo que pasase y vaya si pasó que a punto de morir de hambre, sed y enfermedad se topa con una banda de forajidos acaudillada tal empresa por un individuo llamado Francisco Villa..... Recuperado y entonado, Doroteo decide ingresar en aquesta banda de malhechores ante la ley. Vida errante y aventuras a maravilla le estarían dando pábulo a la moza edad de 20 años. Alumno aventajado de Francisco Villa pelea y atraca con honor y persuasión otorgando grandes réditos a la banda y un mal día Francisco Villa cae en desgracia y es abatido no sin antes de morir declarar que su sucesor sería Doroteo Arango, aquel valiente mozo de 20 años. Dimes y diretes en la banda los supervivientes acordaron la última voluntad de Francisco no sin antes rebautizar al nuevo bandolero con el sobrenombre de PANCHO VILLA. Había nacido pues la leyenda del más famoso líder de la Historia de Méjico. Viva Villa, Viva Méjico.

           Rapiña tras rapiña, robo tras robo el nuevo Pancho Villa y esta vez ya definitivamente el de toda la vida se hace con el sistemático control de Chihuaua. Defensor a ultranza de su clase, la clase aborigen aquella descendiente del Imperio Azteca impone su ley plantando cara a los sucesivos y engolados presidentes mejicanos tales que Porfirio Díaz, Venustiano Carranza o Victoriano Huerta. Es cuando de la mano de Abraham González conoce a Francisco Madero revolucionario a la sazón y se convierte en brazo armado de éste. Estamos pues y definitivamente en la revolución villista por antonomasia y esos presidentes serían esquilmados, arruinados y condicionados por los gustos de nuestro protagonista, Pancho Villa.

           Pero nuestra historia se quedaría coja y no poco manca si no mencionáramos a los EEUU. Estados Unidos ha cometido muchos, muchos disparates militares a lo largo de la Historia. Vietnam, Corea y recientemente Irak son más que relevantes y en Méjico no sería tampoco caramelo de anís. Un majestuoso Villa apoyado y dotado en armas y munición se enseñoreaba por todo Méjico con la connivencia de su maestro de ceremonias, EEUU. Pero con la prepotencia habitual de quien otorga y luego quita propia de los intereses norteamericanos los acontecimientos cambian de bando y así las cosas un taimado Woodrow Wilson que se debate entre entrar o no entrar en la Primera Guerra Mundial desposee a la revolución villista y en Celadas traicioneramente le tiende una emboscada a Villa, saliendo herido y menoscabado de esta y apoya a Venustiano Carranza, presidente de Méjico.

         
     En aquel entonces, la imagen de Villa era la de un revolucionario de guisa sin tacha, comprometido para con su pueblo y muy honorable. Como visionario, además de subversivo hizo de su figura la de un John Wayne del desierto y del cactus, por lo que no duda en propagandarse en periódicos, celuloides y demás medios de comunicación ganándose la simpatía del mundo entero. Se había convertido pues en un Lawrence de Arabia pero con pistolas y sombrero a la mejicana usanza. Villa no era extraordinariamente agraciado pero encima de su caballo y junto con su ejército de villistas tenía una pose más que electrizante.

     
     Sin ir más lejos y con tan apenas un magro ejército de 1500 villistas incursiona en EEUU y toma Columbus asaltando bancos, comercios y establos al grito de Viva Villa, Viva Méjico!!!. Columbus, con una amplia población mejicana es sometida al asalto y completamente diezmada y conquistada. Wilson, no cree lo que ven sus ojos y manda una expedición punitiva al mando del General John J. Pershing más conocido como "Black Jack" y.... con dos extraordinarios tenientes salidos de West Point. Sus nombres Ike Einsenhower y George Patton. Ahí era nada......  A título anecdótico resaltaré que West Point dio extraordinarios militares y el más tonto George Armstrong Custer. Mediocre, sinvergüenza y subestimador de enemigos y del cual haremos algún día un post. Quizá sea el siguiente porque tengo ganas de ponerlo a parir. Os aseguro le haré un buen traje a tamaño cabrón.

       
       Decir, que "Black Jack" invade Méjico a la búsqueda y captura de Villa con no pocos medios. 10.000 hombres, bien surtido de ametralladoras, artillería pesada y por si no fuera poco el último grito, el arma más determinante de la época: 8 aviones. Ahí era nada.......... y solo para borrar del mapa a un gualdrapas, Pancho Villa.

         Dirección a Chihuaua, el ejército norteamericano se adentra en su expedición en el desierto. 11 meses se pegaron buscando a Pancho Villa con entecos resultados. 11 meses que pagarían muy, muy caro los norteamericanos haciendo un ridículo sumarísimo y desenterrando tumbas. Pancho Villa muy bien informado del precio de su cabeza a modo de mofa, befa y escarnio jugó un extraordinario idilio con la muerte llenando el desierto con lápidas cuyos epitafios rezaban: "AQUÍ YACE PANCHO VILLA.". Imaginaos la escena, soldados norteamericanos siendo observados por los espías de Villa como desenterraban tumbas sin encontrar nada y los revolucionarios muy ufanos botella de tequila en mano diciéndoles: "VIVA VILLA, VIVA MÉJICO!!!!! de lejos y huyendo a la desbandada pegando tiros. Deserciones, muertes de sed, hambre o enfermedad y como por único alimento el cactus era lo que les deparó el malogrado azar al ejército constitucionalista. 600 kilómetros se adentraron los norteamericanos en ese inhóspito yunque del desierto de Chiuaua y Villa vivo y coleando.

       
   Así las cosas, Pershing pasó a la acción más mezquina la cual puede tomar un militar y fue hostigar a la población indígena. Y en "El Jarral" se dio cita la última carga de la caballería de los EEUU sacrificando, hombres mujeres y niños. Esta última carga de la caballería norteamericana pasaría a la posteridad como broche de siniestro final. Se dieron casos de incluso profesoras dando rifles a los niños para poder defenderse de un ejército de sinvergüenzas con ninguna ética ni moral ante personas inocentes. Se pasó a la tortura con muy malos resultados ya que ningún vecino de la zona había oído aún siquiera hablar de un tal Doroteo Arango, más conocido con el sobrenombre de Pancho Villa....

        Después de 11 meses de indecente esquilma por parte del ejército americano, de penurias, muertes y ridículos Wilson le preguntó a Pershing:

         -"Y...... Dónde está Pancho Villa????"

              Pershing avergonzado le dijo:

         - "Pancho Villa está en ningún sitio y en todos a la vez...!!!!".

     
    Ante la declarada incapacidad de Pershing de hallar a Villa fue relegado de la misión y la misión se dio por imposible. Pershing fue destinado a Europa en la Primera Guerra Mundial a esos 6 últimos meses que logró EEUU aparecer por allí ya que una gripe hasta entonces, la mal llamada "Gripe Española" había hecho aparición en un cuartel de Kansas y de ahí a extenderse al ejército norteamericano fue todo uno. Porque la Gripe Española no fue tal, fue americana.

           Fue cuando, Pancho Villa exclamó eso de: "Vinieron como águilas reales y se retiran como gallinas mojadas....".


       Y esta es la verdadera historia de Doroteo Arango. Más conocido con el sobrenombre de Pancho.... Villla. Temendamente agnóstico, dicen contrajo matrimonio no menos de 75 veces. Por lo visto, pueblo en el que aparecía pueblo donde se casaba y.... legalmente. Y es que se había convertido en toda una personalidad, un héroe y un preboste de Méjico. Venustiano Carranza fue asesinado y como presidente interino se adjudicó tal homenaje a Adolfo de la Huerta quien ofreció una amnistía a Villa y un extenso rancho en Parral llamado "El Canutillo" si aceptaba retirarse de la vida política y militar. Como descanso del guerrero, Villa aceptó la propuesta no sin ser acompañado por más de 800 villistas donde pudo poner en práctica uno de sus sueños, crear una colonia militar donde hombres, mujeres y niños pudiesen trabajar sin ser esquilmados
ni explotados por un señorito. Una especie de comuna pero fuertemente armada. Establecidas muy buenas relaciones con Adolfo de la Huerta, Villa sufrió numerosos atentados hasta que uno montado en un coche dio al traste con su vida. Era el 20 de Julio de 1923 y es que queridos amigos la política es de natural ponzoñosa ya que un sicario llamado Jesús Salas fue enviado por el presidente de entonces Álvaro Obregón y su segundo de a bordo Plutarco Elías Calles con no poco miedo por parte de éstos de que Villa apoyara a De la Huerta como posible futuro y otra vez presidente de Méjico. Numerosos exégetas afirman que la mano que mecía la cuna del óbito de Villa fueron los EEUU. Previo pago, claro. Como siempre, el maletín.

           Pancho Villa fue un individuo completamente libre. Como escenario, el desierto y como compañeros sus convencidos adláteres. En el momento dijo a la casta establecida por el poder dijo NO a la vida y pasó a ser una víctima más de los tiempos que corren habiendo sido un auténtico héroe para los mejicanos diciendo siempre NO. Su puesto siempre estuvo en el NO.

       
    Señalar que la Revolución Mejicana se llevó por delante a más de un millón de almas. Otro día hablaremos de Emiliano Zapata. Fue la última revolución romántica que se conoce. Ambrose Bierce cronista, periodista y literato supo como nadie reflejar el sentir de Villa. A día de hoy y por lo tanto en tiempos más pretéritos el subcomandante Marcos es una especie de fotogénico Pancho Villa el cual reclama los derechos arrebatados a la población indígena mejicana en su organización llamada EZLN (Ejército Zapatista de Liberación Nacional) ex trabajador de El Corte Inglés en Barcelona, maoísta, zapatista y guevarista Marcos es al parecer el alma máter aquí en España del podemista Juán Carlos Monedero si bien dudo bastante que este individuo defienda algún derecho de los indígenas españoles. Un truhán más de los tiempos que corren que se apunta al carro por estética sin tener ni la más remota idea de que es una revolución o de jugarse el cobre en un desierto como hizo Pancho Villa ya que Pancho nunca supo lo que era estafar a Hacienda pero entendió como nadie lo que era la revolución. A día de hoy E.E.U.U. tiene un extraordinario problema con Méjico en sus fronteras. Se creen van a evitar que se les cuele población mejicana en su país pero nada más lejos de la realidad. Independientemente de ello la población latina pronto sustituirá a la inglesa autóctona que por completo deventró al aborigen norteamericano del Norte. Eso es un hecho. Los latinos, nos reproducimos más rápido que los sajones.

   
   Para finalizar, diré que España tuvo un homólogo anterior a Villa. Y es que cuando las revoluciones en América afloraron, aquí en Europa estaba todo más que inventado si bien las causas indefectiblemente siempre fueron las mismas. Su vida es pareja a la de Pancho Villa. Es completamente similar incluso le dieron tamabién un cortijo. Su nombre José María El Tempranillo. El Rey de Sierra Morena y aquel el único que puso en jaque a un más que felón Borbón llamado Fernando VII. Eso sí, una vez abandonado el monte y abrazado el orden acabó igual que el personaje que nos ocupa en este post: Cosido a tiros. Y... como no, aquí tenéis el enlace de José María en este nuestro blog:


http://laverdadteharalibre6.blogspot.com.es/2015/01/jose-maria-el-tempranillo-el-rey-de.html

         
       


        

No hay comentarios:

Publicar un comentario